
Fue conocido por su lenguaje florido y su elegancia llevada al extremo de la extravagancia, según los relatos de la época.Era de una familia pudiente y estudiante del mejor colegio de la época, de donde fue expulsado por "problemas en su comportamiento y forma de ser".La verdad sobre el origen de su locura se diluye entre diversas versiones. Una de ellas habla de su amor por una niña a la que intentó acercarse, y que lo hico víctima de la peor de las bromas, por cuenta de un grupo de teatreros, entre quienes se encontraba el hermano de su amada.Cuenta la historia que el día en que iba a declararle su amor, los teatreros se hicieron pasar por ella y le jugaron toda clase de bromas y abusos, que terminaron en una brutal golpiza y en la frase ¿Pomponio, quieres queso? A partir de ahí, la frase lo persiguió durante su infancia.En aquella enrarecida tarde Pomponio sobrepó el límite del aguante, y se desbordó en defensa propia, verbal y física, contra el grupo de bromistas teatreros.Otra versión de la historia cuenta que la locura de Pomponio se originó cuando su enamorada lo plantó a las puertas de la iglesia el día del matrimonio. De ahí en adelante -dicen- se relegó a su casa, no quería ver a nadie. La fortuna heredada de sus padres era suficiente para vivir en medio de su servidumbre que, al final, también lo dejó.Fue empleado como cartero gracias a algunas relaciones que tenía con personas vinculadas al nuevo y naciente oficio de la oficina de correos de Bogotá.Pomponio tenía una memoria prodigiosa, incluso después de la golpiza. No se guiaba por las direcciones sino por el conocimiento de todas las personas y lugares donde habitaban.Quienes lo conocieron relataban que cuando le entregaban un grupo de cartas las organizaba con prodigiosa habilidad y sin dudas ni errores.Sus días terminaron en un manicomio por su deteriorado comportamiento psíquico.
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